Concluyeron las vacaciones decembrinas y hoy regresan a clases 24 millones 93 mil 801 estudiantes y 1 millón 223 mil 387 maestros; todas ellas y ellos en un sistema que cuenta con 229 mil 379 escuelas públicas y particulares de preescolar, primaria y secundaria, en las 32 entidades de México.
No obstante, ya durante el periodo vacacional, directivos, supervisores, y maestros participaron en los Talleres Intensivos de Formación Continua y Consejo Técnico Escolar para comenzar a evaluar a alinear las estrategias a seguir para reanudar con éxito el Calendario Escolar 2023-2024.
Siempre es un importante hacer un llamado de reflexión para asumir que el desarrollo de cualquier sociedad depende en gran medida de su calidad educativa. En los niveles básicos la tarea es titánica en países como México donde diversos problemas atentan con la deserción y bajo rendimiento por parte de los jóvenes estudiantes.
Por ello, las diversas instituciones que comprenden al sector educativo dentro del Estado mexicano, deben estar a la altura de los diversos efectos adversos que padecen los estudiantes, para actuar con determinación: la violencia e inseguridad que se concentra en varios Estados, los efectos devastadores del huracán Otis, la desigualdad social y la violencia intrafamiliar, son sólo algunas de las realidades que acechan, día a día, el desarrollo óptimo de nuestros jóvenes en su desarrollo académico.
A esas realidades, hay que sumarle el imperfecto modelo educativo en México, el cual no está contribuyendo al óptimo aprendizaje en áreas clave como son las matemáticas y la comprensión de la lectura, según lo evaluó la prueba PISA que desarrolla la OCDE. Ambas tareas, son esenciales para un correcto desempeño social y laboral de cualquier individuo en el mundo, máxime ahora que las competencias se incrementan sustancialmente.
Nunca es tarde para corregir, enmendar y emprender mejoras que beneficien a las nuevas generaciones de mexicanos y mexicanas que, sin lugar a dudas, tendrán en sus manos el desarrollo de un México mejor, siempre y cuando, se les aporten las habilidades necesarias y un modelo educativo equipado con los estándares imprescindibles para las exigencias de las diversas sociedades globales en este siglo XXI