- Investigadora del Instituto de Física de la UNAM, fue galardonada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el Premio Kalinga 2023, considerado el Premio Nobel de la divulgación científica.
El organismo reconoció a la física, Ana María Cetto Kramis, por su trabajo para crear el proyecto Museo de la Luz, que pasó en 2010 del Colegio San Pedro y San Pablo a las instalaciones resguardadas por la UNAM; además de su labor en la promoción del Año Internacional de la Luz en 2015 y en el establecimiento del Día Internacional de la Luz.
El Premio Kalinga para la Popularidad de la Ciencia es un premio otorgado por la UNESCO por la capacidad única de presentar la opinión científica de una idea. Se estableció en 1952 gracias a la donación de Biju Patnaik, el fundador y presidente de Kalinga Foundation Trust en la India. Ahora también cuenta con el patrocinio de la Fundación, el gobierno de la India a través del Departamento de Ciencia y Tecnología y el gobierno del estado de Odisha.
Los ganadores de este premio anual deben haber demostrado su talento para explicar la ciencia y la tecnología al público, durante una ilustre carrera como escritores, editores, conferencistas, productores de cine, directores de programas de radio/televisión o presentadores. El destinatario debe esforzarse por enfatizar la importancia internacional de la ciencia y la tecnología y su contribución para mejorar el bienestar público, enriquecer el patrimonio cultural de las naciones y resolver los problemas que enfrenta la humanidad.
Actualmente lidera el grupo multidisciplinario Luces sobre la Ciudad de México, el cual busca mejorar el alumbrado urbano y trabaja en una propuesta para que las autoridades de esta urbe y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales adopten estándares y normas que permitan cumplir con la recién promulgada Ley para combatir la contaminación lumínica.
“El Premio Kalinga ha sido un factor importante de apertura a la ciencia. Simplemente hay que pensar que cuando se inició fue en 1952 ¿y cuál era la situación? Había muy poco en términos de popularización de la ciencia”, dijo a la UNESCO la también académica de la Facultad de Ciencias.
La investigadora manifestó que “Hoy en día, la popularización de la ciencia se entiende de una manera bastante más rica. La entendemos como un diálogo, con el involucramiento de todos los sectores de la sociedad. En este sentido, la recomendación de la UNESCO sobre el impulso a la ciencia abierta llega en un muy buen momento porque significa ese cambio que quizá es gradual, pero a la larga es muy radical”.
En una ceremonia realizada en noviembre pasado en París, Francia, Cetto Kramis recibió el galardón de manos de la subdirectora general de Ciencias Naturales de la UNESCO, Lidia Arthur Brito, durante la celebración del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo. En el acto se destacó la importancia de generar confianza entre la ciencia, la política y la sociedad.
La UNESCO resalta que la actual epidemia de desinformación socava la confianza en la ciencia, por lo que hoy es más importante que nunca celebrar a los divulgadores científicos talentosos capaces de comunicar conceptos científicos en un lenguaje que todos puedan entender.